Ha llovido durante gran parte de la mañana, y nos hemos ayudado unos a otros como hacen los compañeros de verdad.
Qué gran descubrimiento el compañero o compañera que muestra lo mejor de sí mismo, en los momentos de incomodidad, para cuidar al que tienen al lado. Las aventuras es lo que tienen, que nos ayudan a forjar el carácter, a sacar todo lo bueno que Dios ha puesto en nosotros, de tal manera que al final brille el arcoiris sobre el paisaje en el que cae la lluvia.
Hemos aprendido a ver en la adversidad una puerta abierta a la generosidad, a la ayuda mutua y al optimismo. Después ha escampado, y hemos pasado una tarde muy agradable con buen tiempo en Palas de Rei, que para nosotros ha sido un verdadero Palacio del Rey.